diumenge, 8 de desembre del 2013

LA FORJA DE UN REBELDE - La Llama

Aquest tercer llibre que completa la trilogia, correspon al període anterior a la Guerra Civil i la mateixa i el va acabar d'escriure a la tardor del 1944.

Molt compromès amb la causa Republicana, a partir del mateix 1936, va treballar activament  a la Oficina de Censura Republicana ubicada a l'edifici de La Telefònica, a Madrid on atenia de vegades dia i nit als periodistes estrangers que s'hi havien desplaçat enviats pels diferents diaris, alhora que també va fer diverses xerrades per ràdio amb el pseudònim de "La voz incógnita de Madrid".

La seva vida sentimental va ser un tant agitada i l'any 1938 es divorcia de la seva dona i es casa amb Ilsa, una jove que ha conegut en la seva tasca de censor i amb la que comparteix idees i esperances.

Malgrat tota la feina, les condicions de vida i les seqüeles físiques i psicològiques del servei al Marroc, segueix amb la seva dèria de dedicar-se a escriure i pel que ens diu troba un cert consol quan amb una vella màquina d'escriure que ell mateix repara, aconsegueix aïllar-se de tot el què l'envolta i va abocant tots els seus sentiments i les seves vivències.

Me acogí al pensamiento de que tenía el deber de no mostrar miedo, y de esta manera me encontré obsesionado con otra clase de miedo: el miedo de tenr miedo.
(...)
No podía dormir, estaba embrujado. Quería gritar a los generales que se llamaban ellos mismos “salvadores del país” y a los diplomáticos que se llamaban a sí mismos “salvadores del mundo” que vinieran. Yo los cogería y los encerraría en los sótanos de la Telefónica. 

Observador atent, recull i registra tots els esdeveniment que van succeint-se al seu voltant.

Todo a mi alrededor era destrucción, repugnante y asquerosa como una araña pisada; y era la destrucción de un pueblo; la destrucción bárbara de un rebaño de gentes, azotadas por el hambre, por la ignorancia y por el miedo de ser, sin saber por qué, espachurradas, destruidas. 
(...)
Suponiendo que revolución significaba el derecho a matar impunemente, ¿dónde íbamos a parar? ¿Nos íbamos a matar unos a otros por una palabra, por un grito, por un ademán? Entonces la revolución, la esperanza de España, se iba a convertir en la orgía sangrienta de una minoría brutal. Si el Gobierno era demasiado débil, tenían que ser las organizaciones políticas las que tomaran el mando y organizaran la lucha. 

Sovint reflexiona sobre les seves idees polítiques i també vers el què és la vida en general. En aquest cas aprofita una conversa amb un amic per manifestar-nos algunes de les seves inquietuds.

Yo soy un socialista por la misma razón que tú eres anarquista y Manolo un comunista: porque estamos hartos hasta la coronilla de esta cochina vida. Un buen día te pare tu madre, sin que tú te enteres de lo que ha pasado. Y cuando te empiezas a enterar de dónde estás, de lo primero que te enteras es de que padre está sin trabajo, madre esperando un hermanito y el puchero vacío. Te mandan a la escuela a que los frailes te den de comer de limosna, y en cuanto te empinas un poco, antes de que sepas mal leer te dicen que eres ya un hombrecito y te ponen a trabajar.

Com ja va fer en el primer llibre, analitza el paper de la Església, i un cop més es mostra decebut pel paper que ha pres aquesta institució en el conflicte i analitza així la conversa amb un sacerdot conegut:

El padre Lobo tenía su propia batalla mental. Lo que le hería más hondo no era la furia desatada contra las iglesias y los curas por gentes brutales, enloquecidas y llenas de rencores, sino el conocimiento de la culpabilidada de su propia casta, la clerecía, en la existencia de esta brutalidad y en la ignorancia y la miseria abyectas que existían en el fondo de ellos. Debía ser infinitamente duro para él el saber que los príncipes de su Iglesia estaban haciendo lo mejor para mantener a su pueblo oprimido, que estaban bendiciendo las armas de los generales y los señores, y los cañones que bombardeaban Madrid.

I comencen les dures batalles, el front es troba just al final del carrer on està ubicada la seu de la Telefònica, però no és només al front on es lliuren les batalles, a la mateixa ciutat la població civil pateix escassetat d'aliments i episodis violents.

La comida comenzó a escasear de una manera alarmante.
Y entonces ocurrió que los mismos sindicatos y grupos que habían hecho obligatorio el aceptar sus vales, se encontraron con que no podían rehusar el dar de comer a sus propios miembros. 
(...)
Los partidos políticos estaban divididos en grupos locales y los sindicatos en grupos profesionales, así como en grupos locales. (...) La gente acudía en masa a los centros de organización, se hacían introducir por uno o dos miembros y obtenían el carnet.
Los verdaderos fascistas encontraron útil este sistema. Eligieron los grupos que eran menos rigurosos en sus exigencias e ingresaron en gran número. Algunos pagaron grandes sumas por carnets con fecha de dos o tres años antes. Con todo este soporte, los fascistas conducían sus propios coches y los usaban para salvar a sus amigos y para matar a sus enemigos. 

I com que la major part de la guerra Barea la pateix a Madrid, té suficients elements per fer una descripció acurada de la situació.

El sitio de Madrid comenzó la noche del 7 de noviembre de 1936; terminó dos años, cuatro meses y tres semanas después, simultáneamente con el fin de la guerra. 
(...)
Aquellos días [en Madrid] eran días de hambre y de frío. Los camiones que llegaban a la ciudad traían material de guerra, no comestibles. Apenas quedaba carbón y los cartones que sustituían a los cristales rotos de las ventanas no defendían contra las heladas crueles. 
(...)
Febrero fue un mes duro y amargo. Mientras se desarrollaba la batalla del Jarama, y mientras los periodistas más escépticos discutían las posibilidades de la rendición de Madrid en cuanto se cortara su comunicación con Valencia, los rebeldes y sus auxiliares italianos tomaron Màlaga. Madrid estaba sufriendo hambre y los túneles del metro, al igual que los sótanos de la Telefónica, estaban abarrotados por miles de refugiados. 
(...)
En vísperas de Navidad comenzó el colapso del frente en las orillas del Ebro. El camino de Barcelona estaba abierto. Madrid aún se sostenía. El enemigo no lanzó ningún ataque sobre la ciudad sitiada; la dejó en las garras del hambre y del aislamiento.

Una reflexió del qui, com i el perquè:

 Nuestra guerra había sido provocada por un grupo de generales que, a su vez estaban manejados por los sectores de las derechas españolas más fanáticamente determinados a luchar contra cualquier desarrollo del país que fuera una amenaza para su casta. Pero los rebeldes habían cometido el error de recurrir a ayudas exteriores y convertir una guerra civil en una escaramuza internacional. España, su pueblo y su Gobierno, no existían más en una forma definida; eran el objeto de un experimento en el cual los países partidarios de un fascismo internacional y los países partidarios de socialismo o comunismo tomaban parte activa, mientras los demás países nos contemplaban como espectadores vivamente interesados. Lo que estaba ocurriendo era un claro preludio del rumbo futuro de Europa y posiblemente del mundo. 




I potser una amarga esperança...

No teníamos otra solución. Ante España no había más que dos caminos: la terrible esperanza, peor aún que desesperación, que estallara una guerra europea y obligara a alguno de los otros países a intervenir contra la Alemania de Hitler; y la desesperada solución de sacrificarnos nosotros mismos para que otros pudieran ganar tiempo y hacer sus preparativos, y así, cuando un día llegara el fin del fascismo, tener el derecho de pedir nuestra compensación. En cualquiera de los dos casos teníamos que pagar con la moneda de nuestra sangre y la destrucción bàrbara de nuestro propio suelo.

Arturo Barea moria 24 de desembre de 1957. Fins el 1951 no s'editaria la primera versió en castellà de la trilogia que a España seria prohibida i només s'aconseguia de forma clandestina, fins el 1977 que es permet la publicació i difusió.

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